Resumen de Los Calígrafos (2011)
Los Calígrafos recrea las intrigas universitarias de un departamento de caligrafía antigua que se ve obligado a modernizarse.
Los tres profesores representan pedagogías muy distintas: el libertario, el exigente vocacional y el autoritario. Los tres quieren influir sobre el alumnado. El maestro, forma pero también deforma. Pigmalión crea y destruye.
Un réquiem poético, pero también divertido y con dosis de misterio, ya que hay que averiguar de quién es la mano negra que mueve los hilos de la destrucción de la cátedra.
Una estupenda experiencia teatral
Comparada con la euforia o la desesperación solitaria de escribir una novela (de la cual los lectores no saben nada hasta pasado mucho tiempo), montar una obra de teatro es una fiesta. Es salir del aislamiento y celebrar que hacer cosas en común es fantástico. Los personajes están vivos y discuten con la escritora, a través de los actores, por qué los hace salir de escena o por qué los hace llorar si ellos quieren rebelarse. En el trabajo teatral en equipo se comparte todo: desde los problemas económicos al atrezzo pasando por el hallazgo de un gesto redondo que evita una réplica.
Perpinyà comienza a escribir la obra pensando en la actriz Nuria Casado que había sido estudiante suya. Luego vienen las colaboraciones con la compañía Nurosfera, Imma Colomer y Pep Planas. La dramaturga reconoce que los actores y el director han mejorado el texto original; lo han hecho más ágil y más entretenido. Cuando antes Perpinyà oía hablar de la pasión del teatro, no se podía imaginar que era tan similar a la euforia de un enamoramiento en que pasas meses flotando entre nubes.
El director Oscar H. Sánchez imprimió a la obra un clima de suspense a través de las envidias y maquinaciones de los profesores, demostrando que una obra de teatro reflexiva podía convertirse en el thriller de una gran venganza. Y en una comedia inquietante.
El estreno de la obra fue en Lleida el 14 de diciembre de 2010. Se agotaron las entradas todos los días de la representación.
En este vínculo se puede leer el texto de Núria Perpinyà el día de la presentación del libro en el Instituto del Teatro.
Y en éste, el dossier de la compañía Nurosfera y el trailer de Los Calígrafos:
El escritor y el actor se transforman en personajes. Son ellos y no son ellos. Cada gesto expresa lo que piensan o lo que quieren que pensemos. Los calígrafos son tortuosos. El lenguaje nos retrata: si le hablamos, nos dice cómo somos. Una letra angulosa es agresiva. Una letra redonda, dulce. Las letras mudas, aspiradas, los paréntesis, los puntos suspensivos tienen significados ocultos. El centro de nuestra existencia, las letras, están impregnadas en nuestra piel. Somos como las viejas imprentas, tan humanas, con un error en cada página.
En la obra se analiza psicológicamente las firmas de los Beatles tan diferentes entre sí y la firma en forma de vía de tren de Francisco Franco, entre otras.
Nacionalismo, multiculturalismo y progreso
Los Calígrafos tiene un sentido nacionalista. La cátedra que quieren cerrar, poco rentable y con pocos estudiantes, podría ser una cátedra de filología catalana o de cualquier lengua minoritaria. La defensa del pequeño contra el grande, y, del saber milenario contra los intereses actuales y económicos son continuos a lo largo de los diálogos de la obra.
Asimismo, esta obra también nace por el deseo irrealizable de conocer las lenguas y culturas del mundo. Somos cultos en francés, pero analfabetos en japonés: en mantxú, en lak, en Tuluá, en nepalí, en finés, en bengalí. Dentro de unos miles de años, las razas y los idiomas del mundo se unificarán y se recordará con nostalgia los siglos de la diversidad. La unificación ya ha comenzado: somos más cercanos pero también más iguales. ¿Cómo se entiende que el progreso se cargue las minorías pero que la modernidad las defienda?
Los Calígrafos reivindican el mundo antiguo y artesanal. Ahora bien, la posición es más estética que sociopolítica. Perpinyà no comparte la añoranza retrógrada, machista y tradicionalista por los tiempos pasados.
Los cambios de costumbres y tecnológicos muy rápidos. El disco de vinilo ha pasado de moda, y el casette, y ya casi el DVD. Ahora la música se escucha con iphones y lápices de memoria. Mañana aparecerá un nuevo invento en el mercado.
Aunque Perpinyà siente gran curiosidad por el progreso, empezando por la originalidad de las vanguardias, se sentía con la obligación de reivindicar por un lado la cultura catalana, y por otra, quería despedir el mundo antiguo, la escritura a mano, los oficios artesanales y las especies que se extinguen. Todo este mundo de nuestros abuelos que nuestros hijos ya no conocen pedía un réquiem. De todas formas, lo que ha ocurrido es que el funeral de Los Calígrafos es poco lacrimógeno y poco solemne. Quizás porque los suspiros de despedida se han mezclado con la bienvenida de los tiempos cambiantes.
La Universidad y la educación en escena
Núria Perpinyà habla de su propio oficio, la educación, en el ensayo Más que una máquina, que obtuvo en 2010 el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI de Méjico. Este libro es el hermano teórico de la obra de teatro Los Calígrafos donde se exponen ideas similares de manera teatralizada.
La universidad abarca desde los saberes seculares a la investigación de lo desconocido. Tan malo es quedarse atrás como mirar sólo adelante. En cualquier caso, la universidad es el baluarte del pensamiento, y todos los que formamos parte deberíamos ser dignos de ella. Pensar o copiar: he aquí la cuestión.
Los tres profesores de Los Calígrafos representan treinta pedagogías distintas. Gracias a estos magisterios, los estudiantes comprenden la diversidad del mundo, si no mueren en el intento. Las influencias sobre el alumnado son decisivas. Educar es estimular pero también influir demasiado. El maestro es un Pigmalión que forma y deforma. El precio de esta huella imborrable es cara. El profesor, aquel que todo lo sabía, morirá ignorando lo más importante: ni comprenderá cómo eran sus criaturas, ni sabrá nunca qué nota les ha dado la vida. El buen estudiante adora a sus maestros, las letras capitales de pan de oro, hasta que se sube encima y los supera.
Jean-Léon Gérôme: Pigmalión y Galatea (1890)
El libro termina con una larga dedicatoria a los mejores estudiantes de Núria Perpinyà de la Universidad de Lleida .
La caligrafía en el arte
Paralelamente a la escritura del libro, Perpinyà se interesa por la caligrafía en el arte actual. Los artistas que más le atraen en este campo son:
– Las reflexiones land art sobre la escritura de Perejaume.
– Johanna Calle. En “Lecciones” incluye parte del Proceso de Kafka escrito al revés en alemán, lo que hace ilegible el texto subrayando lo absurdo de la situación. Asimismo, Calle experimenta con líneas de escritura inestables, tal como pueden ver en la imagen que ilustra el blog de Perpinyà. – Jaume Plensa y sus esculturas hechas con mallas de letras como “Alma” y “Autorretrato”.
– Dennis Oppenheim, “Dos estadios de transferencia de pintura (avanzando hacia un estado futuro)” de 1971. Se trata de la performance de adivinar lo que otro te escribe en la espalda, que aparece en la escena más erótica de Los Calígrafos.
– Ben Rubin y Mark Hansen, “Listening post” (2006). La pieza consiste en 234 mini rótulos de letras consecutivas que hablan a la vez, son cientos de mensajes y de palabras como símbolo de la complejidad de la humanidad. Se encuentra en el diario New York Times.
– Y, entre muchos otros, como los amorosos tatuajes de letras del film Pillow book de Greeneway, la película de 35 de mm de Rodney Graham sobre una máquina, con lágrimas y simulacro de nieve encima.