Cielos cambiantes

En el libro de poemas de Núria Perpinyà, Cielos cambiantes, se teatraliza su filosofía perspectivista de una manera “celestial”. Dos personajes viven una apasionada historia de amor. Los poemas dialogados giran y cambian, iluminados por el firmamento de Barcelona que va transformándose como ellos. La evolución de la pareja corre en paralelo a las variaciones del cielo: nieblas, tormentas, cielos resplandecientes, nocturnos… Quién sabe, quizás son las nubes quienes les enamoran tanto o más que las personas…

Una poesía dialogada

Cielos cambiantes se enmarca en la tradición de poemas de amor dialogados, que pese a ser muy ilustre ha sido poco cultivada. En el Cantar de los Cantares tenemos los poemas que se dirigen entre sí muy enamorados, Salomón y la reina de Saba. Reencontramos la sensualidad del Oriente Próximo en el poeta persa Hafiz del siglo XIV, que versificó diálogos amorosos entre Suleika y Hatem (que significa poeta). Tanto la reina de Saba (o Sulamita) como Suleika escriben versos y los envían a sus amados. Son mujeres que hablan en primera persona de su deseo, de forma tierna y activa tal y como hacen ellos. Esta actitud es muy insólita en la poesía occidental tradicional donde la amada es el sujeto pasivo del amor y no el sujeto activo. Tendríamos que remontarnos hasta la escritora japonesa medieval Murasaki Shikubu para encontrar ejemplos líricos similares donde los enamorados se hablan de igual a igual. En cambio, a lo largo de los siglos la lírica europea ha funcionado de otra forma. La mujer es una amada en la sombra, un tú, un interlocutor que sólo escucha; no es una amante con pensamientos propios que actúa por su cuenta. Dejando un lado las benditas excepciones (Sor Juana Inés de Cruz, Safo…), ella siempre calla. Escucha la voz del hombre pero permanece en silencio. La historia de la lírica amorosa occidental es masculina y monologada, mientras que la poesía de los Cielos cambiantes es dialogada y recíproca. Su atmosfera se aproxima a los duetos musicales com el «Pur ti miro» de Monteverdi. No en vano, el subtítulo del libro es: Recitativo a dos voces.

Una poesía teatral

Este componente dialéctico de la poesía de Perpinyà va ligado a su teatralidad. No en vano, su libro fue llevado al escenario dentro del festival Barcelona Poesía. El estreno de Cielos cambiantes tuvo lugar en la Sala Beckett el día 10 de mayo del 2023 a cargo de la compañía Nurosfera dirigida por Òscar Sánchez e interpretada por Núria Casado y Pep Planas.


Cels canviants

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En el llibre de poemes de Núria Perpinyà, Cels canviants, es teatralitza la seva filosofia perspectivista d’una manera “celestial”. Dos personatges viuen una apassionada història d’amor. Els poemes dialogats giren i canvien, il·luminats pel firmament de Barcelona que va transformant-se com ells. L’evolució de la parella corre en paral·lel a les variacions del cel: boires, tempestes, cels rasos, nocturns… Qui sap, potser són els núvols qui els enamoren tant o més que les persones…

Una poesia dialogada

Cels canviants s’emmarca en la tradició de poemes d’amor dialogats, que tot i ser molt il·lustre ha estat poc conreada. Al Càntic dels Càntics tenim els poemes que s’adrecen els enamorats Salomó i la reina de Saba. Retrobem la sensualitat del Pròxim Orient en el poeta persa Hafiz del segle XIV autor de diàlegs amorosos entre Suleika i Hatem (que vol dir poeta). Tant la reina de Saba (o Sulamita) com Suleika escriuen versos i els envien als seus estimats. Són dones que parlen en primera persona del seu desig, de manera tendra i activa tal com fan ells. Aquesta actitud és molt insòlita en la poesia occidental tradicional on l’estimada és el subjecte passiu de l’amor i no el subjecte actiu. Caldria anar fins a l’escriptora japonesa medieval Murasaki Shikubu per trobar exemples lírics similars on els enamorats es parlen d’igual a igual. En canvi, al llarg dels segles la lírica europea ha funcionat d’una altra manera. La dona és una estimada a l’ombra, un tu, un interlocutor que només escolta; no és una amant amb pensaments propis que actua pels seu compte. Excepcions de banda (Sor Juana Inés de la Cruz, Safo…), sempre calla. Escolta la veu de l’home però resta en silenci. La història de la lírica amorosa occidental és masculina i monologada, mentre que la poesia dels Cels canviants és dialogada i recíproca. La seva atmosfera és propera als duets musicales com el «Pur ti miro» de Monteverdi. No endebades, el subtítol del llibre és: Recitatiu a dues veus.

Una poesia teatral

Aquest component dialèctic de la poesia de Perpinyà va lligat a la seva teatralitat. No endebades, el seu llibre fou dut a l’escenari dins el festival Barcelona Poesia. L’estrena de Cels canviants fou a la Sala Beckett el dia 10 de maig del 2023 a càrrec de la companyia Nurosfera dirigida per Òscar Sánchez  i interpretada per Núria Casado i Pep Planas.

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El músic Jordi Cano amb els actors Núria Casado i Pep Planas
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Estrena Cels Canviants 2023

Las fotografías de los poemas

El origen de la obra fue fotográfico. La escritura de Perpinyà proviene de la contemplación de las nubes. Esta galería de imágenes ilustra cada uno de los poemas del libro. Las fotografías fueron tomadas por la propia autora y le sirvieron de fuente de inspiración. No se trata de unas ilustraciones decorativas, sino de un experimento poético y visual. Todas están tomadas desde el mismo sitio tanto en sentido este (mirando al mar) como en sentido oeste (de cara a la montaña). El espacio es fijo pero el tiempo (cronológico y atmosférico) varía drásticamente. El resultado es una oda al firmamento de Barcelona que va desde el Mediterráneo hasta el Tibidado y un canto a las modulaciones de la belleza.

El perspectivismo de Monet

En este libro encontramos la filosofía perspectivista de Núria Perpinyà desde otro sesgo. En Mistana, los personajes poseen actitudes dispares respecto a la niebla y a la sociedad opresora que les rodea. En Una casa por componer, el muestrario de viviendas y de ciudadanos no puede ser mayor. En Los privilegiados no se ponen de acuerdo en el valor del arte. En Los Calígrafos, los profesores discrepan sobre la educación. En Más que una máquina, sobre diferentes maneras de pensar. Y, entre otros, en Las criptas de la crítica, la ensayista Perpinyà simula veinte interpretaciones distintas de la Odisea.

Cielos cambiantes rinde homenaje a las catedrales de Rouen de Monet. Entre 1892 y 1894, el pintor hizo más de treinta versiones de la iglesia variando su iluminación y color. Los poemas y las fotografías de Perpinyà también plasman algo que se transforma con el tiempo, llamado amor y pareja. Los días, nubes y emociones cambian bajo un firmamento lleno de presagios.

Perpinyà ha tratado de captar los cuadros que hace la naturaleza por azar. A pesar de los estilos recurrentes, no se puede prever cómo será la siguiente escena. El cielo se mueve por impulsos distintos a los nuestros. El firmamento no siente nada, pero crea estéticas mayúsculas. Mientras que los hombres sienten mucho pero obtienen un arte menor comparado con el cósmico. ¿Quién crea las nubes? ¿El viento? ¿El vapor? ¿Dios? ¿La casualidad? ¿O son ellos quienes, sin querer, se hacen bellos a sí mismos?

Poesía amorosa de influencia catalano-provencal

Las fuentes de la poesía de Perpinyà son sobre todo los trovadores y los escritores catalanes medievales. Los versos perpinyanescos se nutren de su sonoridad. En sus poemas aparecen versos de Bernat de Ventadorn, Arnaut Daniel, Marcabrú, Llull o Ausias March, incluidas reflexiones amorosas del Curial y Güelfa. El amor medieval subraya la constancia de este sentimiento a lo largo de la literatura y los ancestros catalanes y occitanos de la poesía de Perpinyà.

Poesía de exaltación de la naturaleza

En su novela Al vértigo, Perpinyà muestra de manera vehemente su amor por la naturaleza. En los Cielos cambiantes encontramos impregnado el mismo romanticismo. En aquella ocasión, la adoración era hacia las montañas; en ésta, hacia el cielo. Ambos fenómenos tienen en común la elevación y la libertad que tanto embriagaba a los artistas del dieciocho y del diecinueve. La autora comparte el panteísmo romántico hacia la creación divina de Emerson y Whitman.

La poeta nos invita a contemplar la belleza y grandiosidad del firmamento; a dejar de mirar el móvil cabizbajos (como nos aconseja en Y, de repente, el paraíso) y a levantar la cabeza.

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